the waffle night + gigante. <3

Hace alrededor de un mes que no tenía un rato a solas con mi hermano, Zahir. Había sentado cabeza, ahora tenía una familia completa. Pareciera que se había ido solo para olvidarse de mí, algunas veces lo creía así, y que ya nunca hablaríamos como antes, que ya no seriamos los mismos, pero, aquí estoy. Camino hacia su casa, porque le extraño y quiero que volvamos a ser los Zahir y Arielle de antes, cuando nos íbamos a dormir tarde por comer muchos waffles y ver películas románticas. Sería una sorpresa para él, me había dicho que estaba solo en casa y pensé que era una indirecta para que fuera a molestarlo un poquito.
 
Entré en silencio a la casa y escuché a lo lejos la televisión encendida así que pensé que sería él saciando su aburrimiento. Me dirigí en silencio a lo que se suponía que era el cuarto de televisión o algo parecido y entré. Lo vi ahí sentado, parecía que la televisión lo estuviera viendo a él porque se veía que estaba durmiendo, como siempre. Era como una costumbre encontrarme a Zah durmiendo y luego despertarlo con algo estúpido, decirle que había waffles o hacerle un escándalo. Me acerqué a una lámpara que había en la sala y sin pensarlo la tomé y la tiré al suelo con la intención de despertarlo. —Ay, lo siento, Gigante. Te compraré una nueva—. Dejé los escombros a un lado y como de la nada decidí tirárme encima de él y moverle mucho para luego abrazarle. —Te extrañé, te extrañé, te extrañé.

La última vez que había visto a mi Enana fue hace como un mes. Creo que es porque he estado demasiado ocupado y mi horario ha sido jodidamente reducido, que muy apenas y podía acordarme que necesitaba comer y dormir.
Me encontraba ahora mismo en mi casa, solo, como siempre estaba en estos días. Le había mandado un mensaje de texto a Enana que estaba solo en casa, espero y por lo menos hubiera entendido la indirecta de que quería que ella viniera a hacerme un poco de compañía, como en los viejos tiempo; cuando comíamos waffles, veíamos películas cursis y muchas más cosas no habría suficiente papel en el mundo para poder en listar todas las cosas. Reí un poco por debajo, mientras me sentaba en el sofá de mi sala y prendía la televisión, solo para matar tiempo. Poco rato después, me quedé dormido.

Perdí la noción del tiempo, cuando de repente oigo que algo se caía y se quebraba. Mierda, tal vez alguien había entrado a robar, pero para mi sorpresa, era Enana, "disculpándose" y diciendo que me compraría una nueva... Igual, esa lámpara estaba muy fea. Reí levemente y sentía como ella se lanzaba sobre mi, y abrazarme como si en algún momento me fueran a llevar lejos de ella. Yo sólo reía como un idiota, y como el buen hermano que soy, la abracé de vuelta.

—Susto de mierda que casi me das, Enana-. Dije en tono de burla y le di un leve beso en su frente.—Veo que sí entendiste mi pequeña indirecta-. Reí y me sentaba, para poder estirarme un poco y bostezar.—Bueno, Enana, soy todo tuyo por éste día, ¿Qué quieres que hagamos?-. Le pregunté con una sonrisa simpática.